Los niños de hoy son los custodios de la tierra del futuro. Un futuro que requiere además de inteligencia y creatividad también optimismo, entusiasmo, sensibilidad, solidaridad, corazón y compasión para poder gestionar los múltiples problemas que van a tener que resolver. No basta un diploma universitario y un puesto de trabajo para garantizar un futuro de felicidad en este sufrido planeta. ¿Les estamos facilitando las herramientas para este gran desafío?